jueves, 15 de septiembre de 2016

HUÍDA




Si soy de las que avanzan con firmeza
me voy con mis desplantes a otra parte
a hacer de mi osadía un buen consejo

[si pierdo la razón no es que quisiera
por algo evidenciar la anomalía
del burdo cataclismo de mis letras]

Me siento tan insulsa y tan vacía
tan llena de basura y hermetismo
por esta oscuridad que se asemeja
a cuervos que se acercan en tumulto

No tengo la paciencia de las hojas
que caen sobre el piso lentamente
por eso es que vomito en el cuaderno
palabras de tristeza y de desierto

Por cada soledad surge una sombra
un hueco donde el tiempo se permite
llenar con languidez y pesadumbre
momentos que se crispan con el frío
y tiemblan los contornos del cuaderno
se llenan los renglones de intemperie
sin nada qué escribir más que uno mismo
en medio de este páramo de suerte

Debo ponerle freno a los desvelos
apaciguar el hambre en el semáforo
para salir corriendo hacia el mendrugo
en este criminal donde me aplasto

No tengo más camino que la huida
por el sendero donde se va a oscuras
con plumaje de colores pardos
han de pensar que morí de muerte
de aquellas que le tildan los suicidios
con la droga o con las manecillas
que por morir me muero de suicida
en el renglón de tálamos ardientes

Me reconocerás -estoy segura-
cuando trotes las sílabas del verso
y la llaga perdure entre tus labios
para hacer aguadija en el cuaderno

Voy a morir de causa y privilegio
por las cuencas del vicio al escribir

¡Cuántos versos libaron mis neuronas!

Voy a morir y aún tengo tanto frío
en el centro del centro de mi todo

¡Tengo miedo del aire y de lo oscuro!
¡Tengo miedo del agua y del ardid!

...de las horas que pasan sin preámbulo
mientras tiembla mi cuerpo con los años
y me pongo a escribir de los abruptos
que estremecen mis ansias de mujer


Marina Centeno